El Jeep de Josu

El Jeep de Josu

Cuando era pequeño vivía al lado de la playa donde estaba la mayor parte del tiempo jugando a todo lo que la imaginación diera de sí. Allí íbamos andando mi hermano y yo con los amigos que vivían cerca para divertirnos con las más trepidantes aventuras que un niño pudiera desear.

Con los mayores nos íbamos en coche a bañarnos a playas más lejanas, pero cuando era Josu el que nos llevaba el mundo adquiría un color especial en el que la emoción nos invadía y la ilusión por el día playero no tenía parangón. Josu tenía un Jeep con el que viajábamos muy lejos, a la 2ª G.M. donde los niños nos convertíamos en soldados que se dirigían al frente a las órdenes del general Josu. El juego empezaba nada más montar (casi siempre en la parte de atrás), continuaba en la carretera donde nunca fui consciente de las caravanas que formábamos, seguía cuando nos metíamos campo a través bajando los acantilados y culminaba en la arena de la playa que era hasta donde nos plantábamos. El día transcurría repartiendo tiros y bombazos y al volver a casa estábamos tan extenuados como los combatientes de verdad.

La última vez que monté con Josu en su Jeep no fuimos a la playa, me llevó al río, y la imaginación siguió volando.